12.11.2025

Las universidades comienzan a abrirles las puertas a las calculadoras clónicas: un pequeño gesto con un enorme impacto

La Universidad de Extremadura ha tomado una decisión que, aunque pueda parecer menor, supone un auténtico soplo de aire fresco para miles de estudiantes y es un precedente que puede cambiar significativamente las reglas del juego: permitir expresamente el uso de calculadoras clónicas baratas —las típicas “fx-991EX” y similares de AliExpress sin marca— en los exámenes de la EBAU. Hasta ahora flotaba la duda de si estos modelos “no oficiales” serían aceptados o acabarían confiscados por los tribunales, además de que en ciertos entornos académicos las consideraban "fakes no admisibles".

La nueva normativa lo deja cristalino: sí están permitidas siempre que cumplan las mismas limitaciones que el resto de calculadoras científicas tradicionales. Y lo dice sin rodeos: hay varios modelos en AliExpress o Shein, sin marca, que solo indican el modelo “fx-991EX”, copia del modelo Casio, “también están permitidos”.

La razón es simple y justa: lo que importa no es la marca, sino la tecnología. Mientras la calculadora no tenga transmisión de datos, ni almacenamiento alfanumérico, ni funciones graficadoras, ni programación real, es válida. Da igual si cuesta 60 euros o 8.

Este movimiento es, en el fondo, una corrección necesaria frente a un mercado donde la marca Casio ha dominado durante décadas, a veces con precios que se han disparado. Muchos estudiantes no necesitan una “Casio original”; necesitan una herramienta funcional, equivalente y asequible. Las clónicas cumplen esa función sin florituras.

El gesto de la Universidad de Extremadura tiene un mensaje potente: la igualdad de oportunidades empieza evitando que un examen dependa del bolsillo de una familia. Si una calculadora de 10 euros hace exactamente lo mismo que una de 35, y las condiciones técnicas son idénticas, no hay motivo para excluirla.

Para el estudiante, la consecuencia es inmediata:
• menos gasto innecesario,
• menos ansiedad por “si me la van a dejar usar”,
• y más claridad a la hora de prepararse.

Y a nivel institucional, la UEx manda un recordatorio saludable: la innovación también consiste en revisar normas que han quedado anticuadas y adaptarlas a la realidad tecnológica y económica actual.

Pequeña decisión, impacto enorme. Y una señal de que la educación pública puede, cuando quiere, ponerse del lado del estudiante sin perder rigor.


12.08.2025

Casio ante el futuro: la empresa que se rehace para sobrevivir a su propio legado


En las oficinas de Casio, la palabra “reinicio” ya no es una metáfora: es un plan de vida. A las puertas de su 80º aniversario (2026), la compañía japonesa afronta quizá el mayor giro estratégico desde que inventó calculadoras portátiles, relojes digitales y cámaras compactas. En una entrevista con el presidente del Consejo, Kazuhiro Kashio, éste pinta un retrato nítido de una empresa consciente de que el tiempo se agota si no cambia su manera de operar.

Kashio reconoce sin adornos que los últimos años han sido duros: retirada de negocios deficitarios, reformas internas y hasta un programa de jubilación anticipada para "soltar lastre" y reducir personal (actualmente en poco más de 8000 empleados, una cifra que muestra una terrible realidad si tenemos en cuenta aquellos tiempos en los que Casio superaba los 20000). Todo ello, afirma, no respondía a una simple reestructuración, sino a la necesidad de preparar el terreno para un nuevo comienzo. Según explica, la empresa ha pasado demasiado tiempo exprimiendo la eficiencia de negocios ya maduros, especialmente la división de relojes, hasta depender casi por completo de ella.

Ese modelo ya no funciona. Casio sabe que no puede vivir de su pasado glorioso y se marca un objetivo mucho más ambicioso: dejar de “responder al cambio” y empezar a “crearlo” por sí misma. Es una declaración de intenciones que atraviesa toda la entrevista y que define lo que vendrá: un viraje hacia la innovación real con una visión a medio y largo plazo, y no solo medidas tácticas para salvar beneficios del trimestre.

El plan, según detalla Kashio, pasa por varias capas. La primera es cultural: abandonar la mentalidad heredada que priorizaba la optimización de cada división aislada y avanzar hacia una organización donde todos los negocios asumen responsabilidad directa sobre su rentabilidad. Para eso han reestructurado toda la empresa en un modelo de divisiones reales —desarrollo, ventas, planificación y calidad trabajando juntas—, con decisiones rápidas y orientadas al mercado.

La segunda capa es estratégica y toca el corazón del negocio: el reloj. Casio quiere que su división Timepiece vuelva a ser el motor, pero de una forma diferente. No se conforma con vender relojes: apunta a crear “nuevos estilos de vida”. Igual que G-Shock marcó una cultura global, la marca quiere convertir los futuros smartwatches en dispositivos que definan modos de vivir, no solo características técnicas. El mercado del cuarzo está cambiando y Casio quiere surfear esa ola, no ser arrastrada por ella. Por lo tanto, su apuesta por futuros smartwatches es evidente.

La tercera capa es expansiva: buscar nuevos modelos de negocio que no existían en su catálogo tradicional. Un ejemplo claro es Moflin, el robot mascota con IA, que la compañía presenta como un salto hacia la tecnología emocional y el bienestar mental. Casio lo describe como el germen de una nueva categoría que encarna su ADN: innovar creando mercados desde cero, igual que hicieron con los relojes digitales en los años 70.

La educación también entra en este nuevo mapa. Las calculadoras científicas y los diccionarios electrónicos seguirán evolucionando, no como simples herramientas, sino como “socios de aprendizaje” adaptados a nuevas formas de estudiar y enseñar. Allí también buscan construir valor más allá del hardware tradicional.

Kashio no oculta su preocupación: la empresa, afirma, todavía no está usando su potencial real. Tiene la tecnología, tiene la historia y tiene la base mundial de seguidores —más de 6 millones de G-Shock vendidos cada año—, pero siente que falta convertir esa inercia en un impulso renovado. El refuerzo del CRM, la relación directa con el usuario y el uso estratégico de sus más de 2.300 tiendas especializadas será uno de los pilares para reactivar el músculo de la marca en todo el mundo.

Lo que deja entrever la entrevista es una mezcla de urgencia y ambición. Casio se prepara para su próxima década como si fuera una startup con 70 años de experiencia: reorganiza su estructura, reescribe su propósito y se lanza de lleno a productos que ya no son “relojes o calculadoras”, sino piezas de estilo de vida. La compañía parece decidida a no quedarse congelada en su propio museo.

Mientras avanza hacia ese 2027 simbólico, el mensaje final de Kashio resume el espíritu del nuevo rumbo: la misión de Casio, dice, no es solo vender productos, sino crear culturas que hagan la vida un poco más sorprendente. Un aviso claro de que quieren escribir otro capítulo, no vivir de los anteriores.

12.07.2025

Casio rinde homenaje a su línea Vintage


Casio celebró en Bangkok su evento “Back in Time, Ahead in Style”, una inmersión en décadas pasadas con una puesta en escena impecable: luces cálidas de los setenta, excesos ochenteros, rebeldía noventera y un mercadillo con objetos reales que parecían sacados de un desván intacto. 

El ambiente era perfecto, casi hipnótico. Pero bajo ese barniz retro había una ironía difícil de ignorar: la marca que un día definió la relojería accesible, dura y funcional, hoy se refugia en la estética para justificar relojes que cuestan mucho más… y hacen mucho menos.

El pasado robusto que Casio prefiere convertir en “estilo”
Durante décadas, Casio construyó su reputación sobre relojes que resistían lo que fuera. Eran baratos, de diseño humilde, con cajas de acero real, cristales minerales, módulos innovadores y funciones que en su momento eran punteras. No eran “vintage”: eran contemporáneos, útiles y sorprendentemente avanzados para su precio.

Esa esencia pulida a fuerza de ingenieros y no de estilistas convertía a modelos como el F-100 en iconos involuntarios. Aquellos relojes no buscaban ser moda; buscaban durar. Esa era la gracia.

El evento: una cápsula del tiempo que funciona como espejo
En The Warehouse de Talat Noi, Casio recreó tres décadas enteras como si uno pudiera atravesarlas con solo cambiar de sala. No era una escenografía cualquiera: era una declaración. Música analógica, muebles que parecían recién desempolvados, juguetes antiguos, discos gastados… El tipo de objetos que envejecen con dignidad.

Y entre todo ello, los relojes vintage: pero no los de verdad, sino las reinterpretaciones actuales.

Verlos brillar bajo la luz ámbar dejó en evidencia algo que quizá Casio no quería resaltar tanto: la modernidad —la auténtica— estaba en los modelos de hace cuarenta años.

El eterno regreso de los clásicos… pero sin sus virtudes originales
Casio anunció la vuelta de modelos entrañables: el A158WA-1A, el A230, los Future Classics, o rarezas simpáticas como el Ring Watch. Son relojes que muchos aman porque están cargados de historia, pero también porque funcionaban bien, eran duros y accesibles para cualquiera.

Hoy, sin embargo, esa narrativa se ha desplazado. Se habla de “estilo”, “tendencias”, “colaboraciones”, “reinterpretaciones”, “comunidades creativas”… mientras sus relojes actuales mantienen el diseño de hace décadas pero pierden los materiales que los hacían especiales, recortan funciones y multiplican el precio. Donde antes había innovación, ahora hay un guiño irónico al pasado convertido en producto premium.

Casio lo reconoce sin querer:
—Al principio nos centramos en la practicidad, no en la moda —admitía Marie Yoshizawa, con un punto de sorpresa por que fuese la moda quien adoptara la marca, y no al revés.

Una estética impecable que no tapa las grietas
En cada esquina del evento había creadores, influencers y artistas luciendo sus Casio Vintage como complemento de estilo. Natural, ligero, casi despreocupado. Y precisamente ahí está la paradoja: los relojes que antes se compraban por su valor técnico se venden ahora por su capacidad para encajar en una foto de Instagram.

Las declaraciones de los responsables de diseño dejaban entrever esa tensión crónica entre lo que la ingeniería permite y lo que marketing exige.

Hablan de tendencias como punto de partida, de límites materiales, de reinterpretar formas que ya funcionaron. Pero nunca se menciona recuperar la robustez perdida. Nadie habla del acero, del cristal mineral, de módulos nuevos o de funciones adicionales. No interesa.

Porque ahora Casio Vintage no se compra para durar; se compra para combinar.

El resultado: una celebración hermosa… que subraya una triste ironía
Entre las actuaciones, las luces, los creativos tailandeses y filipinos desfilando con gracia por el recinto, y los guiños nostálgicos cuidadosamente colocados, el evento fue un éxito estético. Un portal bien construido hacia el pasado.

Pero ese viaje al pasado recordó justo lo que Casio parece haber dejado atrás:
la filosofía que convirtió a la marca en referente mundial.

Casio Vintage: un viaje al pasado que deja al descubierto las contradicciones del presente
Mientras los invitados posaban entre muebles setenteros y neones noventeros, era imposible no pensar en la contradicción:
Casio homenajea sus relojes históricos… mientras vende versiones actuales que se parecen mucho pero comparten muy poco.

Al final, lo que quedó claro es que la cultura siempre vuelve, pero no siempre lo hace con la misma honestidad material. Los relojes sí parecen retro, pero su espíritu ya no lo es. Y esa es la mayor ironía de todas.


12.03.2025

Cómo distinguir una correa de poliuretano de una de silicona

La silicona se siente suave, casi "aterciopelada", flexible y muy elástica. Si la estiramos un poco, cede con ganas y vuelve sin esfuerzo.

El poliuretano (PU/uretano) es más firme, más tipo "plasticoso", menos elástico y a veces algo rígido en frío, mientras que la silicona es más "gomosa". 

Otro aspecto diferente es que la silicona dobla sin quejarse, como si fuera chicle.
El PU dobla, sí, pero se nota más resistencia. 

En cuanto a su aspecto estético, el brillo es distinto. La silicona suele verse más mate, más apagada. El PU acostumbra a tener un brillo a plástico duro más uniforme.

El olor es otra buena pista. La silicona huele a nada. Absolutamente nada. El PU a veces tiene un olor muy ligero a plástico o químico, sobre todo cuando es nuevo.

Otro detalle es que la correa de silicona cuelga con más suavidad y cae como una cinta blanda. El PU mantiene más la forma, es menos "flácido".

En resumen:
Si la correa es blanda, muy elástica, sin olor, mate y cae como si fuera chicle suavemente: silicona.

Si es más rígida, lisa, con brillo plástico y menos elástica: poliuretano.




12.02.2025

Casio, condenada en España por abuso de posición dominante

La reciente sentencia que condena a Casio España por la ruptura ilícita de su relación comercial con Banofi -empresa valenciana que se dedicaba a la distribución de calculadoras- no es solo un ajuste de cuentas entre dos empresas. Es un espejo incómodo que muestra la asimetría de poder en el sector, el abuso de posición dominante y, sobre todo, el deterioro estructural que la marca japonesa lleva arrastrando por la presión de la competencia china en electrónica.

Durante veinte años, Banofi distribuyó productos Casio de forma continuada. Dos décadas no son un simple acuerdo comercial: generan especialización, inversiones específicas, confianza legítima y un posicionamiento en el mercado construido conjuntamente. En el mundo empresarial, una relación tan prolongada no se rompe de un día para otro sin consecuencias. Por eso la sentencia recalca que la ruptura sin un preaviso adecuado merece reproche jurídico: Casio no podía cortar la relación de manera abrupta sin incurrir en responsabilidad.

Un abuso difícil de justificar

El punto más delicado del caso es uno que ningún fabricante de prestigio quiere ver expuesto: mientras decía a Banofi que no había producto disponible, Casio sí suministraba mercancía a otros distribuidores. Esta conducta evidencia una gestión opaca, discriminatoria y contraria a la mínima lealtad comercial exigible. La sentencia lo califica como una actuación ilícita, y lo es por una razón simple: cuando una marca controla el acceso al producto, controla también quién vive y quién muere en el mercado.

Que una empresa del tamaño de Casio utilice su posición para favorecer a unos distribuidores y desahuciar a otros no es solo un conflicto contractual; es un síntoma claro de un fabricante que intenta reorganizar su red comercial de manera precipitada, probablemente arrastrado por tensiones internas.

Un sector que ya no es el de antes: el asedio de la competencia china

El trasfondo que explica este comportamiento es evidente. La electrónica de consumo ya no es el territorio cómodo que Casio dominó durante décadas. Los fabricantes chinos, con costes de producción mucho menores y una capacidad de innovación tremendamente rápida, han puesto a marcas japonesas tradicionales contra las cuerdas.

En relojería digital, instrumentos electrónicos y pequeños gadgets, Casio ha visto cómo su nicho se estrecha año tras año. La respuesta habitual de las grandes marcas en situaciones de debilidad es reorganizar canales, recortar distribuidores y concentrarse en quienes les resultan más rentables. Pero cuando esa reorganización se hace sin transparencia, discriminando a socios históricos y sin asumir las consecuencias de la ruptura, el daño se multiplica.

La sentencia, en este sentido, no solo protege a Banofi: lanza un aviso a todo el sector. El tejido de pequeñas empresas distribuidoras, que vive precisamente de relaciones estables y de la confianza con los fabricantes, no puede quedar a merced de decisiones unilaterales tomadas desde una torre de cristal.

¿Una indemnización insuficiente?
Aunque el fallo reconoce la ilicitud, la indemnización de 20.000 euros se queda corta para la magnitud del daño. Banofi perdió una línea de negocio completa, tuvo que despedir trabajadores y vio desaparecer de golpe el 66% de su facturación. La propia sentencia reconoce que Casio actuó de forma desleal, pero aun así limita el daño al período de preaviso incumplido. Es una contradicción difícil de pasar por alto: si la conducta es ilícita, el daño va más allá del simple calendario.

Tampoco se indemnizan las inversiones hechas en previsión de continuidad, ni los costes de despidos, ni el valor del negocio perdido. Es un reconocimiento parcial de una lesión que fue total.

El silencio como estrategia
La negativa a publicar la sentencia, alegando el tiempo transcurrido, elimina parte del efecto disuasorio. La publicidad de las resoluciones no es un castigo mediático: es un mecanismo para que el mercado aprenda qué prácticas son inaceptables y cuáles ponen en riesgo la competencia leal.

Casio ha perdido un caso judicial, pero lo que realmente queda expuesto es su fragilidad estratégica. A medida que la competencia china sigue creciendo, las marcas tradicionales no pueden permitirse decisiones opacas ni rupturas arbitrarias con quienes han sostenido su red comercial durante muchas décadas, pilares fundamentales que ayudaron a crear ese prestigio a la marca.

Este caso es una advertencia para todos: la confianza se construye con años y puede romperse en un instante. En un mercado tan competitivo, la lealtad empresarial ya no es solo una cuestión ética; es un activo que ninguna marca en declive debería desperdiciar.



12.01.2025

¿Por qué las correas de los Casio se llenan de hongos?

En este vídeo repasamos interesantes aspectos sobre el cuidado, mantenimiento y conservación de las correas de poliuretano, junto con prácticos trucos y consejos.




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